miércoles, 31 de mayo de 2017

PINZAPAR DE GRAZALEMA - BENAMAHOMA - EL BOSQUE

DATOS TÉCNICOS:

Longitud: 15.6 km
Recorrido: Lineal
Duración: 6: Aprox.
Dificultad: Media

 DESCRIPCIÓN

Este sendero nos sumerge en el bosque de pinsapos, abetos singular que propicio la declaración de estas sierras como Reserva de la Biosfera y Parque Natural.

El sendero comienza en el lugar conocido

como Las Canteras o Los Areneros debido  a las canteras que aquí se encuentran, a un par de km de Grazalema, en la carretera que sube al Puerto de las Palomas.
comienza a ascender entre pinos de repoblación que han permitido frenar la alta erosión del suelo provocada por las intensas lluvias.
De hecho, esta zona posee uno de los índices pluviométricos más altos de España.

Ganando altura el camino alcanza el
Puerto de las Cumbres, paso natural a la vertiente norte de la sierra del mismo nombre, desde donde la vista es soberbia, permitiendo ver la Serranía de Ronda a nuestras espaldas y una gran extensión de la Zona de Reserva delante nuestro.
Se divisa tambien el Torreón, el pico más alto de la provincia de Cádiz, y algunos pinsapos que anuncian la proximidad del bosque.

tendrá la posibilidad de adentrarse en el pinsapar, donde llamará nuestra
atención  la escasa luz que penetra en el bosque .

El pinsapo pertenece a una de las nueve especies de abetos que viven en las montañas que circundan el Mediterráneo. En concreto, ésta sólo se encuentra en Andalucía en la serranía de Ronda y la Sierra de Grazalema, donde se extiende en más de 400 ha sobre la Sierra del Pinar. Generalmente se ubica en laderas norte, protegidos de la excesiva insolación y la consiguiente pérdida de humedad, lo que genera un bosque denso
y umbrío en el que los ejemplares compiten por la luz, dejando sin hojas  sus ramas más bajas y un sotobosque escaso y reducido a unas pocas especies.

Los bosques de pinsapos estuvieron mucho más extendidos hace millones de años, cuando las condiciones climáticas eran muy diferentes a las actuales. Se trata, pues, de un vestigio de aquellos tiempos, una joya botánica restringida a un área de distribución muy reducida.

Más adelante, los pinsapos cederán el
protagonismos a los quejigos, descendiendo ya por pista en busca de la pequeña población de Benamahoma. Sobre los tajos de la sierra será pasible ver a las chovas y los buitres volando en círculos, como observándonos atentos.

Una vez en Benamohoma continuamos en paralelo al curso del río Majacceite o río del Bosque y la mayor parte de él en zona de sombra, gracias a la gran cantidad de arboles que hay, almos, chopos y una gran cantidad de higueras.

En el recorrido hay varios puentes, unos de madera y otros de cemento, pasando de un lado al otro del margen del río. También hay varias pozas en las cuales si vas con niños se pueden refrescar y jugar un rato.

En general el camino está bien conservado con escalones para salvar desniveles que son de madera y algunos de piedra. También hay un par de edificaciones en ruinas que pertenecieron
a antiguos molinos de harina, batanes, etc, y al llegar a El Bosque han construido una piscifactoría.