DATOS
TÉNICOS:
Longitud.
12. Km.
Recorrido:
Circular
Duración:
5:30 Aprox.
Dificultad:
Media
DESCRIPCIÓN
Comenzamos
nuestro recorrido en la localidad de Pitres, capital del territorio
conocida históricamente como la Tahá de Ferreirola. Tomamos
dirección norte por la carretera para cruzar el barranco del río
Bermejón y llegar a Pórtugos y visitar su famoso lavadero.
Desde
aquí tomamos un camino dirección Este y pronto conectamos con la
antigua acequia que nos lleva a Busquístar hasta el cruce con el
GR-7 y lo tomamos dirección Sur hasta llegar al pueblo.
Salimos
siguiendo las indicaciones del GR y obviamos el camino a Pórtugos y
seguimos el barranco paralelo al río Trevelez hasta llegar a un
cruce que tomamos a la derecha para llegar a Atalbeitar.
La
estructura y morfología de todo estos pueblecitos es idéntica,
casas aterrazadas y de reducido tamaño, calles estrechas de estilo
árabe, casi deshabitadas y con antiguos caminos que las unen para
establecer una red que nos traslada en el tiempo.
Abandonamos
Atalbeitar y seguimos recorriendo las municipios vecinos en el
siguiente orden: Ferreirola, Fondales, Mecinilla, Mecina y desde aquí
volvemos a accender a Pitres para terminar nuestra ruta.
El
paisaje es variopinto, con bosques de roble melojo, encinar y campos
de cultivo donde predomina el almendro.
Otro
frutal típico que podemos encontrar en las tierras de labor es el
caqui. Cabe destacar la cantidad de agua que podemos encontrarnos por
todos lados, fruto del deshielo de las altas cumbres de
Sierra
Nevada.
ANÉCDOTAS
Casi
al principio del recorrido nos encontramos con unos chavales que
estaban tocando la trompeta en un llano a las afueras del pueblo.
Cuando vieron tanta gente pasar porque éramos casi ochenta, dejaron
de tocar pero nosotros le dijimos que siguieran tocando, así fue
y
al poco les dimos un aplauso, por lo que los chavales se pusieron muy
contentos.
En
la ruta todo bien como siempre, solo reseñar algún tirón y una
chica que le dolía una rodilla otra de las personas que iban sufrió un mareo debido al cansancio y la altitud del mismo, sin importancia. se fue para el autobús y se puso bien, solo fue el susto . Y el cansancio habitual de los menos
preparados.
Otra
cosa curiosa que nos encontramos
por el camino fue, que en un tramo
del camino por la asequi íbamos caminando y a cada cierto espacio
nos encontramos con sacos, bolsas y hasta alguna camiseta todo muy
extendido en los arboles, de los lados de la acequia, que le daba al
entorno un aspecto fantasmagórico, pues todo la acequia estaba
cubierta por arboles y matorral que dejaban todo el entorno entre
luces y sombras, causando esa sensación.
Ya
en el pueblo como de costumbre, nos fuimos a tomar un aperitivo pero
esta vez no tuvimos suerte, pues el bar donde
fuimos cuando vio tanta
gente el camarero se puso nervioso y nos dijo que no avía tapas y
cerro al poco de llegar, bueno todo no puede salir bien.
De
regreso ya en el autobús el chofer tuvo que frenar, porque se
cruzaron unos perros pequeños en la carretera que estaban en una
casa, que vendía naranjas en la puerta y salieron corriendo a la
carretera.
Tuve
un pequeño problema con el cinturón del autobús que no se tensaba
y al preguntar al chofer me dijo que avía
que echar el reposa brazos
para tras, y así fue, todo solucionado.