jueves, 1 de mayo de 2025

LA ALPUJARRA GRANADINA - TREVELEZ - CAPILEIRA

DATOS TÉCNICOS: Distancia: 18,5 km. Recorrido: Lineal Desnivel: 847 m. Dificultad: Media DESCRIPCIÓN
Ruta alpujarreña, que en un principio se corresponde con el Tramo Nº 6 del Sulayr, pero que al principio/final de la misma, según el sentido de la marcha, se empieza/termina combinado con el GR-7, debido a que una parte de la pista-punto de su trazado, el que se hundió en el Barranco de la Bina allá por el 2010, sigue en las mismas condiciones y en la actualidad se salva utilizando parte del mencionado sendero de Gran Recorrido, el GR-7, y que han rehabilitado para tal fin.
Endureciendo, eso sí, por ello algo más la ruta, a consecuencia del descenso y ascenso que ocasiona el paso a través de varios y profundos barrancos.
Iniciamos este panorámico recorrido, característico de todo el Sulayr, y que este caso une los dos pueblos más altos de Sierra Nevada-Comarca de la Alpujarra, tomando el GR-7, en el Barrio Alto de Trevélez. Lugar este, el ¨de los Tres Vélez, el de los Tres Pastores de Vélez¨, o el de los ¨Tres Barrios¨, tomando la palabra ¨vélez como ¨barrio¨, por los tres que tuvo y tiene ( Alto, Medio y bajo), que debió surgir como la mayoría de las alquerías alpujarreñas parientes de Altabéitar; y del que no existen muchos datos hasta el periodo de la expulsión de los moriscos, según los libros de apeo y población que hablan de una entrada-ocupación por parte de castellanos viejos y andaluces; y, cómo no, la de los infalibles
gallegos. Cruzamos le Río Chico por su barranco homónimo, y vamos ascendiendo, dejando atrás una preciosa vista del pueblo y su valle. Camino después por el que tendremos que ir abriendo, y dejando cerradas, tres puertas en unas alambradas que encontramos. Llegamos al Barranco de la Bina, cruzamos el río (sobre le cota de los 1.562 m.a.) por unos troncos de madera y enseguida comenzamos el ascenso por senda bien marcada, entre frondosa arboleda, y una fuerte pendiente, en donde abunda el roble melojo, habiendo dejado atrás como referencia el Barranco de José Martín, hasta llegar a la pista donde retomamos el Sulayr.
Seguimos por la pista unos 100 m. y tomamos a la derecha una nueva pendiente, algo más despoblada, cubierta por majuelos, chaparros y endrinas, hasta llegar al paraje de Padro del Toro, donde nos encontramos con una estupenda balsa de agua, la del Cortijo Toro, junto a un manantial y a los pies de un enorme nogal.
Seguimos subiendo, mientras la arboleda va desapareciendo totalmente, pudiendo contemplar los maravillosos prados de alta montaña, en donde abunda por mayoría el resistente piorno, y al fondo las sierras de Lújar y La Contraviesa, hasta alcanzar la Loma del Jabalí (2.180 m.). Elevación desde donde divisamos el valle del río Trevélez, labrado por esa mano de tiempo y agua, el Guadalfeo. Habiendo recorrido hasta aquí unos 9,5 km. Loma del Jabalí, contrafuerte de la Loma del Tanto, prolongación ésta a su vez de la del Mulhacén, desde donde han bajado, como en torrente, tantísimas leyendas hacia esta zona sobre la que nos encontramos, la de la Alpujarra Alta.
A continuación seguimos durante 2 km., alternando pequeñas subidas y bajadas, atravesando los riachuelos de los barrancos del Jabaí y del Manzano, por sus respectivos pequeños puentes de madera, y un hermoso pinar, hasta llegar a Las Alberquillas (2.243 m.a.), altura máxima de la ruta. Comenzamos, a partir de aquí, la bajada por la mencionada pista, durante 1.3 km. hasta La hoya del Portillo. Lugar en donde se encuentra ubicada la conocida como ¨Cadena¨ y/o ¨Barrera¨, que controla el acceso al Parque Nacional de Sierra Nevada; y punto exacto en donde nos desviamos a la izquierda continuando con el Sulayr; y en donde habrá que prestar mucha atención a las señales/hitos de madera del mismo, hasta llegar a la zona desarbolada, y desde donde comenzamos a ver, al fondo, Pórtugos, y a lo lejos La Contreaviesa y el mar Mediterráneo.
Y ya, desde aquí, con las señales retomadas y a la vista del Sulayr, que continuamos con la bajada por el Barranco del Cerezo. Agradable ¨paseíllo¨ que anda flanqueado, por cierto, por una estupenda masa forestas de pino albar ( Pinus sylvestris), hasta toparnos con la carretera asfaltada que sube desde Capileira, y llega al estupendo mirador Tajos del Ángel ( conocido también como ¨el de Capileira¨). Balcón natural, éste último, que anda ubicado en un ensanche a la junto al inicio y/o arranque, para más señas, del carril/pista de tierra que se dirige al área recreativa del Río Bermejo (Pórtugos), así como a Trevelez. Punto más que privilegiado desde donde le echamos esa obligada y detenida ojeada a los tres pueblos ubicados sobre el pecho izquierdo del hechizado Barranco de Poqueira; y, cómo no, a las estribaciones de la vertiente sureña de nuestra querida Sierra Nevada, que andaban, por allá arriba hoy, con sus cumbres totalmente nevadas.
Y ya sólo nos resta seguir carretera hacia abajo, alternando tramos de sendero con tramos de asfalto, de la llamada carretera/camino de la Sierra, hasta llegar a nuestro objetivo y destino final del día: la bella, blanca y altiva Capileira, asentada sobre la ¨cabellera¨ de este profundo barranco: El Poqueira.
ANÉCDOTAS
Por la mañana esperando el bus en la parada, pasaban los minutos y no venia, cuando el responsable del grupo llamo a la empresa, y le dijeron que se avía equivocado con otra salida que tenían, para otro día. Por lo cual salimos con algún retraso, pero igual de motivados para nosotros no fue problema alguno.
Ya en Trevelez y dándonos las explicaciones pertinentes el guía, a una chica se le caen las gafas de sol al suelo y se le sale un cristal, todos empezamos de bromas y ella selo tomo muy bien diciendo que estaba estrenándolas, pero no les paso nada se lo puso después y se quedaron estupendas como nuevas que eran.
También nos dimos de frente con varios caballos que hacían la ruta a la inversa nuestra, era ruta guiada a caballo, no nos aviamos dado nunca con alguna, Como casi siempre nos encontramos con algunos ciclistas haciendo rutas de montaña, y a uno con una moto de monte eléctrica, lo cual nos sorprendió, porque no es habitual por la montaña.
Tuvimos una ruta un poco accidentada, pues a un señor le dio el mal de altura y se desmayo, pues estábamos a 2200 m. todo que en un susto y se recupero rápido, tenemos en el grupo un médico y amigo que lo atendió inmediatamente.
Más tarde a una chica le dio una bajada de azúcar y también la atendió como es natural, otro susto sin más, tomo algo dulce y recuperada. Otro más, el encargado del grupo, en el bus de mareo, el chofer tuvo que parar varias veces para que devolviera, y como no, atendido por nuestro medico y amigo. Al final todo bien solo fueron varios sustos, todos recuperados y bien.

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