jueves, 29 de marzo de 2012

CARDEÑA -ALDEA DEL CEREZO -VENTA DEL CHARCO

DATOS TECNICOS:

Longitud: 12 km.


Recorrido: Lineal

Duración: 4 h. aprx.

Dificultad: Baja

DICRIGCIÓN:

CARDEÑA – ALDEA DEL CEREZO

El itinerario que se presenta ofrece una agradable incursión

Entre los paisajes más característicos del Parque Natural Sierra de

Cardeña y Montoro, y también de la comarca de Los Pedroches, en

los que las dehesas son incuestionables protagonistas.

Hay en ellas todo un mundo al descubierto, y otro, tal vez mayor,

que solo podremos descubrir si somos lo suficiente hábiles.

Un fácil y cómodo recorrido en el que veremos cómo lo natural y

lo humano pueden combinarse en interés mutuo, y cómo una

experiencia milenaria lo avala.

De la plaza de la independencia , en el centro de Cardeña,

sale la calle Aldea del Cerezo hacia el sureste.

La seguiremos hasta salir del pueblo y cruzar bajo la variante

de la carretera N-420. Al poco veremos la señal del inicio del sendero

Antes de posicionarnos y emprender el sendero hemos tenido la

oportunidad de pasear por las calles de Cardeña, conocer sus

monumentos y disfrutar de su gastronomía y hospitalidad,

que sin duda nos satisfacerá.

Estamos en un antiguo que une Cardeña con Aldea del Cerezo,

Y que a la vez es una vía pecuaria, la vereda de Valdecañas.

Comprobamos que es una pista ancha, con buen firme y casi siempre

jalonada por los típicos muretes de piedra granítica que sirven de cercado

de las fincas. Mantendremos la orientación sureste casi todo el tiempo,

salvo un pequeño tramo al final que rectificaremos suavemente al este.

No hay por tanto, peligro de pérdida o confusión, ya que nos mantendremos

en el camino principal y seguiremos las señales.

Las pendientes, son muy suaves.

Desde un principio nos vemos ya rodeados del típico paisaje de Los Pedroches,

con planicies cubiertas de amplias dehesas de encinas. El matorral es prácticamente

inexistente, ya que la ganadería , y también las roturaciones, impiden su desarrollo.

En los escasos lugares que se le permite, vemos como crece la jara pringosa, la blanca

o el tomillo. Bajo las encinas suelen pacer vacas y ovejas y, en tiempos de montanera,

también cerdos ibéricos, alimentándose de las bellotas maduras que hay en el suelo.

Cuando hemos adelantado unos 1300 m, pasamos sobre el arroyo de la Gabia

que nace a no mucha distancia a nuestra derecha, por lo que lo más normal es

encontrarlo seco. De llevar agua, ésta se dirige al pequeño embalse de Tejonera,

al que nos acercamos.

En menos de dos kilómetros llegamos al camino que, por nuestra izquierda,

se dirige a este embalse , concediéndonos la oportunidad de acercarnos

a este hermoso quebranto de la monotonía paisajística, así como a

un buen observatorio de aves acuaticas, desde el que podemos ver

zampullines o garzas reales, y también revoletean por el entorno,

innumerables pajarillos.

Siguiendo por nuestro camino unos 600 m, más veremos a nuestra

derecha un claro cercado de más de una hectárea .

Se trata de la huella dejada por la mina El Cano,

hoy abandonada, y de la que se extrajeron uranita, mineral

del que se obtiene uranio, entre 1953 y 1970.

Estamos en un punto estratégico en el mapa energético,

ya que unos metros más adelante pasaremos sobre el

gaseoducto Huelva – Sevilla – Madrid y bajo un tendido

de alta tensión. En medio kilometro más dejaremos

la vereda de Valdecañas , que gira en un cruce a la

derecha y seguiremos recto por otra vía pecuaria,

en este caso una colada de kilometro y medio que

nos llevará a nuestro destino. Medio kilometro antes

de llegar, pasaremos por un puentecillo nuevo sobre

el arroyo Rabiavacas, con sus márgenes cubiertas por

un bosque de ribera. También veremos afloramientos

rocosos, llamados aquí lomos de ballena o bolos de granito.

Finalmente alcanzaremos la Aldejano del Cerezo, en cuyas construcción

se pone de manifiesto el principal soporte geológico que hemos tenido

en nuestro recorrido, el granito.

2ª PARETE: ALDEA DEL CEREZO – VENTA DEL CHARCO

Un camino histórico entre dos aldeas situadas en el centro

Geográfico y ecológico del Parque Natural de Cardeña y

Montoro, llamadas también ventas, como tantas otras

que hay en los alrededores, evocándonos un pasado ,

no demasiado lejano, en el que este territorio era sobre

todo lugar de paso entre el valle del Guadalquivir y

la Meseta, un gran espasio casi despoblado en el la

naturaleza pudo mantener potestad y dominio; lo

que aún hoy podemos comprobar en las interminables

dehesas por las que se nos invita a caminar.                            

Aldea del Cerezo: En esta pequeña aldea no nos resulta difícil

Encontrar el antiguo camino a Veta del Charco, que es además

una vía pecuaria con la categoría de colada. Sale al sur de la aldea,

desde la pista principal que la comunica con Cardeña. Tanto el

inicio como el final del sendero lo constituyen pequeñas aldeas

rurales, cuyo estado actual, y la historia que lo explica, están

cargados de incógnitas que podemos ir despejado sobre el terreno.

Sin ellas no podríamos tener el entorno natural que nos rodea.

Tomando por tanto la dirección sur, emprendemos un camino

que ya desde sus inicios nos muestra las claves principales de los

paisajes que vamos a conocer de cerca, y a los que ya estamos

acostumbrados, sea cual fuera el recorrido que hayamos hecho

para llegar aquí. Se trata de la dehesa que domina estas amplias

planicies que caracteriza a toda la comarca de Los Pedroches,

y unida a ellas las muestras de granito que la salpican, ya sea

en afloramientos naturales o en obras humanas que han

convertido la piedra en muros, edificios, postes de cercas o

cualquier otra utilidad, entre las tantas a las que se presta

tan preciada roca, que como ya podemos suponer, es la que

predomina en la geología local. Remontamos una suave subida,

entre las dehesas, de las que a veces nos separan muros de piedra,

y otras no. Cuando ya hemos adelantado unos quinientos metros,

dejamos a nuestra izquierda un camino que nos parece secundario,

pero que en realidad es la colada que hemos traído hasta aquí.

Continuamos otros quinientos metros y este camino muere en

otra vía pecuaria, la vereda de Valdecañas. Seguimos por ella,

girando a la izquierda, orientándonos hacia el sureste.

Adelantando un nuevo tramo de medio kilometro nos encontramos

con unas antiguas instalaciones ganaderas, que dejamos a nuestra

izquierda, y deberemos tomar el primer camino que encontremos

a nuestra derecha. De nuevo hemos cambiado de vía pecuaria,

encontrándonos ahora en la colada del Cerezo a Venta del Charco,

en la que variamos el rumbo de nuestro camino hacia el sureste.

Pasaremos junto a la Loma del Garrullo hasta su máxima altura

(777 m.), y al poco de iniciar el descenso damos con un cruce

de caminos, en el que seguiremos adelante, antes de pasar

bajo un tendido eléctrico . Seguiremos entre dehesa, pero a

menos de un 1 km, notaremos que hay algo distinto en ella,

los árboles no son los mismos. Y es que nos encontramos en

la única dehesa con robles melojos de la provincia de Córdoba,

un árbol pariente de la encina y del alcornoque, pero ambientes

más fríos y húmedos, por lo que tiene la hoja caduca, además

de más ancha, suave y con forma lobulada. En algo más de un

kilometro y medio finalizaremos el sendero, tras pasar entre

varias balsas de agua para el ganado.

Este pasado fin de semana hemos hecho la ruta de dos días que todos los años hacemos por estas fechas, en las jornadas de Antonio Lorca, un veterano senderista de 74 años que no falta a ninguna de las rutas que hacemos. Esta vez á sido a Córdoba y Montoro, la ruta en si transcurre por las localidades de Cardeña –Aldea del Cerezo –Venta del Charco, toda la ruta se encuentra en el parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro.

La ruta fue muy fácil toda por dehesas entre alcornoques y encinas, donde estaban pastando cabras, vacas y ovejas, con todo ello el camino se hizo muy ameno y nada pesado.

En este viaje hemos contado con nuestra mascota, un lince de peluche llamado Cardeñita que nos acompañara en todas las rutas venideras.

ANECTOTAS:

El sábado por la tarde nos fuimos a tomar un refresco en Montoro, y como era el partido entre el Real Madrid y C F Barcelona nos sentamos en una terraza y estuvimos un rato, y viendo que no venia nadie a servirnos nos fuimos a otra, pasando lo mismo así hasta en tres ocasiones. Ya cansados lo dejamos por imposible.

Una chica en Córdoba entro a un bar a tomar unas tapas y pidió ¨pipirrana¨ algo muy común en la zona de la Axarquia, el camarero no savia que estaba pidiendo, y tuvo que señalar lo que era.

En otro bar pidieron una nube y tampoco sabían lo que era. La nube en Málaga se llama a un café con leche, casi todo leche y muy poco café.

Ya terminada la ruta llegamos a un bar en la Venta de Charco y alguien entro a servicio y dejo el baston en la puerta del mismo, salió y no se acordó, pero como buenos compañeros alguien se lo entrego.











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